Matronas de la democracia
La reelaboración moderna del rol de la “Matrona Romana”, se actualizó en la figura de Eufrosina Urrutia, como presidenta y fundadora de la Sociedad “La Estrella del Mar” de Valparaíso, hacia finales del Siglo XIX. Esta figura clásica en la antigüedad, fue considerada el receptáculo pleno de las virtudes republicanas de la abnegación, el sacrificio, la severidad, la adustez y la renuncia de sí mismas, en pos del cuidado del hogar y del grupo familiar.
Sin embargo, el “giro moderno” que experimenta la figura, adoptaría el rol de las “Matronas de la Democracia” o “Matronas Obreras”, definición que fue empleada por el periodista popular Osvaldo López, en el Diccionario Biográfico Obrero del año 1912, quien junto a la propia Eufrosina, sitúa en similar rol a Rudecinda Venegas, Clorinda Vega Castillo, Emelina Castillo, Juana Roldan y Marta Ojeda, todas ellas, destacadas miembros de la elite de mujeres populares, que se hicieron cargo de la “Cuestión Social” en el Chile de inicios del Siglo XX.

El giro hacia la construcción de esta “Democracia de las Matronas”, reelaboró en sus salones, sus prácticas y sus discursos, otra figura central en el Valparaíso finisecular, cual fue la de Juana Ross de Edwards, quién fue su “Matrona Victoriana” por excelencia. Ella, desde la elite católica y burguesa, se ocupó de la “Cuestión Social”, particularmente de la caridad y de la instrucción pública, modelando los comportamientos sociales, desde estos espacios.
En el caso de Eufrosina Urrutia ella, luego de su viudez, y de la muerte de sus hijos (tal como lo relata Osvaldo López), se consagró de manera absoluta a la tarea de formar y consolidar a su querida institución, obteniendo para ella su bóveda social, su biblioteca y su archivo social, junto a su sede. En sus propias palabras, la Sociedad “La Estrella del Mar”, nacía para “… auxiliarse y protegerse mutuamente en las vicisitudes y peligros de la vida del marino; su ausencia continua y forzada del hogar que es jefe lo que le impide muchas veces atender oportunamente sus necesidades cotidianas, hacen necesario que sus familias se asocien para protegerse poniéndose así a salvo de las eventualidades del porvenir…”.