Bomberos de Valparaíso

“La bomba tomo por la calle de San Juan de Dios y al enfrentar la calle de Bellavista recibió órdenes del Comandante de armas en el pozo de Calle del Teatro frente a las bodegas del Sr. Budge y desde allí estira mangueras por la calle de Bellavista hasta la esquina de Sn Juan de Dios, con el objeto de defender la Casa del Sr. Bravo pues el incendio se había declarado en la mueblería de Mr. Plump edificio de los Hnos. Chacón calle de Sn Juan de Dios, tomando proporciones alarmantes. Todo esfuerzo fue inútil, el fuego se comunicó al edificio de Dn B. Bravo y desde ese momento ntro compañeros solo se esforzaron en salvar las casas del costado calle de Bellavista,…” (Libro Diario de Oficiales, Cía. Cousiño y A. Edwards, 22 de septiembre de 1873).

Este cotidiano registro de la actividad bomberil en el corazón urbano de la “República del Comercio” (como podemos denominar a la Ciudad-Puerto durante el Siglo XIX), nos posibilita dimensionar y comprender los alcances “democratizadores” que adquirió esta catástrofe, tanto para los miembros de la élite comercial, como para los habitantes de toda la ciudad.

Los bomberos de Valparaíso (en particular lo que podemos apreciar desde la rica documentación de las Compañías “Americana” y “Cousiño y A.Edwards”), dan cuenta de su profundo espíritu filantrópico y humanitario, el cual logro mediar entre los legítimos intereses comerciales y financieros de las elites mercantiles de la Ciudad-puerto, con las más altas “virtudes republicanas”, ligadas al valor de la asociación, la oposición al despotismo, el altruismo y la búsqueda del bien común, manifestado en el cuidado de personas y de la propiedad.

En el fondo, desde los bomberos de Valparaíso, podemos entender como la República (además de ser una forma de gobierno), puede ser un modo de vida en comunidad y convivencia cívicas.

Mártires: A. Blackwood, E. Rodríguez y G. Lawrence